Sin más novedad que los dos millones para la caja.

A la espera de Cesc, Thiago ya lució el dorsal '4'
El primer ensayo del cuarto proyecto de Guardiola disputado ayer ante el Hadjuk Split perfectamente podría ilustrar en lo que se han convertido las pretemporadas. Sin caras nuevas y con un equipo confeccionado entre el filial y los diponibles del primer equipo, las conclusiones que se pudieron extraer fueron inexistentes. A lo sumo, confirmar lo que se sabía de antemano. Eso sí, dos millones de euros fueron a engordar las arcas del Barça. No se sabe si computan en el balance para poder aumentar la oferta por Cesc. Si es así, Dios bendiga el tostón de ayer en Dalmacia. Si no, era mejor quedarse en casa, entrenar en Sant Joan Despí y evitar la paliza de avión, retrasos incluídos, y regresar pasadas las tres de la madrugada a Barcelona.

Y es que el partido de ayer en Split no ofreció novedad alguna que fuera más allá de que a la espera de Fàbregas, el número 4 del Barça lo lleva Thiago. El resto, terreno ya trillado. Villa sigue chutando al palo, Valdés sigue inmenso en los uno contra uno, ya sea en julio o noviembre; Abidal se puede ir olvidando de lo que es jugar de lateral; Pinto sigue cumpliendo cuando tiene minutos; Keita es un buen actor secundario, pero no sabe llevar las riendas de un partido (ni el de ayer) y visto lo visto ayer en ataque en ausencia de Pedro y Messi, la llegada de Alexis no era deseada, era una urgencia catedralicia.

De los jóvenes, lo mejor que puede decirse es que llegan al primer equipo con el libro de estilo asumido. Posicional y tácticamente intachables. Pero no son los titulares. Habrá que esperar a Estados Unidos.