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Venció en los penaltis (4-3) tras empatar el partido (0-0)
Raúl ya tiene un título más en su amplio palmarés, esta vez con el Schalke. La temporada pasada conquistó la Copa de Alemania con los mineros y ayer, en el primer partido oficial de la temporada para el 7, guió a su equipo a la conquista de la Supercopa germana ante el Borussia, campeón de la Bundesliga la temporada pasada.
Los eternos rivales de la cuenca del Ruhr libraron una dura batalla por el título, pero al final fue el Schalke el que terminó ganando por 4-3 en la tanda de penaltis. Los pupilos de Klopp se mostraron superiores durante gran parte del encuentro, pero no lograron aprovechar sus numerosas oportunidades, especialmente las ocasiones de Goetze, Kagawa y Lewandowski. Mientras, los hombres de Rangnick se defendían esperando sorprender a la contra.
Raúl, relegado a mediapunta en el 4-2-3-1 del entrenador Rangnick, peleó sin descanso como es habitual en él. Pese a no ser su mejor partido desde que llegó a Alemania, la afición minera le demostró una vez más su apoyo incondicional con pancartas en las que pedían la renovación del exmadridista, no demasiado feliz con su nuevo rol de mediapunta en el equipo.
Mejoría. Así se llegó al descanso, con un cabezazo de Kehl al palo que puso el miedo en la grada del Veltins Arena. Tras el mismo, el juego del Schalke se vio reforzado con la entrada de Jurado en sustitución de Draxler, y especialmente cuando Raúl avanzó a la delantera en el 69'. Huntelaar, que apenas apareció en el choque, fue sustituido. El 7 entonces fue la referencia ofensiva y su equipo mejoró.
Se llegó con el 0-0 al final del choque y a la fatídica tanda de penaltis. Entonces surgió la figura del recién llegado Fährmann. El meta, que tiene la difícil misión de hacer olvidar a un Neuer que ha fichado por el Bayern, se lució. Logró detener los lanzamientos de Grosskreutz y Perisic, lo que provocó que, con el tanto de Jurado, el Schalke se llevase la final. Raúl no pudo ni lanzar su penalti, su equipo ya era campeón...
Raúl ya tiene un título más en su amplio palmarés, esta vez con el Schalke. La temporada pasada conquistó la Copa de Alemania con los mineros y ayer, en el primer partido oficial de la temporada para el 7, guió a su equipo a la conquista de la Supercopa germana ante el Borussia, campeón de la Bundesliga la temporada pasada.
Los eternos rivales de la cuenca del Ruhr libraron una dura batalla por el título, pero al final fue el Schalke el que terminó ganando por 4-3 en la tanda de penaltis. Los pupilos de Klopp se mostraron superiores durante gran parte del encuentro, pero no lograron aprovechar sus numerosas oportunidades, especialmente las ocasiones de Goetze, Kagawa y Lewandowski. Mientras, los hombres de Rangnick se defendían esperando sorprender a la contra.
Raúl, relegado a mediapunta en el 4-2-3-1 del entrenador Rangnick, peleó sin descanso como es habitual en él. Pese a no ser su mejor partido desde que llegó a Alemania, la afición minera le demostró una vez más su apoyo incondicional con pancartas en las que pedían la renovación del exmadridista, no demasiado feliz con su nuevo rol de mediapunta en el equipo.
Mejoría. Así se llegó al descanso, con un cabezazo de Kehl al palo que puso el miedo en la grada del Veltins Arena. Tras el mismo, el juego del Schalke se vio reforzado con la entrada de Jurado en sustitución de Draxler, y especialmente cuando Raúl avanzó a la delantera en el 69'. Huntelaar, que apenas apareció en el choque, fue sustituido. El 7 entonces fue la referencia ofensiva y su equipo mejoró.
Se llegó con el 0-0 al final del choque y a la fatídica tanda de penaltis. Entonces surgió la figura del recién llegado Fährmann. El meta, que tiene la difícil misión de hacer olvidar a un Neuer que ha fichado por el Bayern, se lució. Logró detener los lanzamientos de Grosskreutz y Perisic, lo que provocó que, con el tanto de Jurado, el Schalke se llevase la final. Raúl no pudo ni lanzar su penalti, su equipo ya era campeón...
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